Historia:Flegias de Licaón es el espectro guardián de la 4ª prisión del Infierno, el cual es un enorme pantano. Flegias aparece en una balsa cuando Shiryu de Dragón, Hyoga de Cisne y Kanon de Géminis llegan a la 4ª prisión del Infierno. Shiryu y Hyoga le dicen a Flegias con tono sarcástico que tendrán pasar el pantano en su balsa aunque tengan que pagar un peaje.
Flegias les dice que no les cobrará nada porque pasarán como cadáveres. Entonces Shiryu y Hyoga le atacan con el Dragón Naciente y el Polvo de Diamantes, pero Flegias para cada ataque con una mano. Flegias les ataca con el Howling Inferno tirándoles sobre su balsa y dejándoles inconscientes.
Flegias le dice a Kanon que se deje matar para subirle a la balsa. Kanon aleja la balsa con el pie y Flegias le dice que aunque se haya acobardado al ver lo que pasó el también subiría a la balsa. Kanon le dice que subiría pero que lo haría después de matarle.
Entonces Flegias ataca a Kanon con el Howling Inferno pero Kanon le dice que un ataque no funciona contra un caballero que ya lo ha visto antes y ataca a Flegias con la Explosión de Galaxias matándole.
Técnicas:-
Howling Inferno (Aullido Infernal): Flegias se lanza sobre sus adversarios concentrando 2 descargas de cosmo a la vez, una bola de energía en cada una de sus manos. Cuando impactan con la víctima esta es lanzada violentamente por los aires.
Mitología:En la mitología griega Licaón era un rey de Arcadia hijo de Pelasgo (al que sucedió) y de Melibea, Cilene o Deyanira. Otras versiones lo hacen hijo de Titán y la Tierra.
Era un rey culto y religioso, muy querido por su pueblo, al que ayudó a abandonar la vida salvaje que habían llevado hasta entonces. Fundó la ciudad de Licosura, una de las más antiguas de Grecia, y en ella erigió un altar a Zeus Licio. Pero su apasionada religiosidad le llevó a realizar sacrificios humanos, lo que degeneró su posterior metamorfosis. Ovidio afirma que llegó al punto de sacrificar a todos los extranjeros que llegaban a su casa, violando la sagrada ley de la hospitalidad.
Enterado de esta aberración, Zeus se hizo pasar por un peregrino y se hospedó en su palacio. Licaón se preparó para asesinarle, pero alertado por algunas señales divinas, quiso asegurarse antes de que el huésped no era un dios, como afirmaban sus temerosos súbditos. Para ello hizo cocinar la carne de una de sus víctimas o de un esclavo, y se lo sirvió a Zeus. Éste montó en cólera y transformó a Licaón en un lobo, incendiando después el palacio que había sido testigo de tanta crueldad.
Licaón fue padre de una numerosa prole (algunos autores afirman que llegaban a cincuenta), tenidos de distintas mujeres. Los hijos de Licaón eran famosos por su insolencia e impiedad, y sus crímenes llegaron a oídos de Zeus, que se disfrazó de viejo mendigo y acudió al palacio de los licaónidas para comprobar si los rumores eran ciertos. Los jóvenes príncipes tuvieron la osadía de asesinar a su propio hermano Níctimo y servir sus entrañas al huésped, mezcladas con las de animales. Zeus descubrió el engaño y enfurecido convirtió a todos en lobos, los fulminó con su rayo o tuvieron que exiliarse para siempre, según las versiones. Después devolvió la vida a Níctimo, que sucedió a su padre en el reino de Arcadia.
Según Apolodoro fue en el reinado de éste último cuando se produjo el diluvio de Deucalión, provocado precisamente por ira que generó a Zeus la impiedad de los hijos de Licaón.
Suidas ofrece otra versión de la historia, según la cual Licaón había extendido, con el fin de que su pueblo se volviese más piadoso, el rumor de que Zeus iba a visitarle a menudo de incógnito. Para comprobarlo sus hijos fueron los que mataron a un niño y mezclaron su carne con la de los bueyes preparados para el sacrificio al dios, que fulminó con un rayo a los asesinos. Fue entonces cuando Licaón, inocente, instituyó las lupercales.
Sapuris: